Hay una pregunta en este libro, Días de sueño y pesadilla, que me parece genial para abrir el debate, y a partir de ella pienso que se inicia la travesía por los poemas. Me imagino a Citlali sentada en su sillón acapulco, con una mano sosteniendo su cara y preguntándose:
¿Qué estaría haciendo mi infancia en ese momento?
“Dicen que un instante soñado reconstruye la destreza del universo”. Creo que las mujeres llegamos antes a la madurez, y no es algo que piense solamente yo. La ciencia me secunda y este libro de Citlali lo demuestra, pues a lo largo de él se va cuestionando y abriendo paso a preguntas sobre el origen de su historia familiar e intelectual, porque: “Hay que adivinar de golpe el azar de nuestro origen”.
Este libro dividido en tres apartados es una travesía por los recovecos de la memoria en que la poeta guerrerense logra fundir universos a través de metáforas surrealistas tales como la presencia de las aves y la batalla, las piedras, los sueños, el invierno: Lo imposible camina aún en el desierto.
Primera Pesadilla: consta de ocho poemas en donde la lectura hace reflexionar sobre este menester y por qué una mujer llega antes a la madurez, es decir, a buscar el origen de lo que es. Siento en los textos de Citlali este reconocimiento en cuanto a la necesidad de volver al árbol genealógico para buscar el origen. La explicación.
Por eso la poeta cree que Iniciar las historias con sueños es confortable, pero tiene claro también que Después de los sueños vienen las guerras.
Segundo sueño y pesadilla: consta de diez poemas en los que la poeta tensa la imagen con metáforas surrealistas donde el significado resulta brutal y hace reflexionar en los hechos:
En múltiples vacíos refleja vidas paralelas, sin tocarse nunca, sin la niebla, sin los pasos, sin la obligación moral de participar en guerras que no nos pertenecen.
La poesía es esto, pienso: una búsqueda de reconocimiento ya no en la historia sino en la metáfora, ésa que siempre resignifica algo nuevo —para mí— y para quien lee estos poemas. Podríamos decir: “Ah, qué bonito poema” o “qué forma de intertextualidad maneja esta autora”. Si bien, sabemos que la poesía es todo eso que provoca, detona, golpea nuestro sentir; en este libro acudimos a todo ello y sin darnos cuenta la poeta nos involucra en éstos sus sueños que no siempre tienden a lo surrealista, sino más bien, a ese otro aspecto poco explorado en la poesía femenina actual: la otra realidad: Ésa que vamos hilando y quiérase o no vivimos a cada instante.
Entre este grupo de amigos (los tarántulos todos) cada vez es mucho más evidente esta realidad que Citlali explora en su libro. Es decir, nos lleva a fundir nuestra realidad con la historia universal y la tradición literaria a través de cada poema. Y nos damos cuenta porque cada vez que charlamos o compartimos un espacio de esta realidad tendemos a vincular siempre aspectos de este plano con las realidades literarias que nos han ido formando y que ya forman parte de nosotros y de nuestra historia.
Yo quise iniciar el principio con un sueño para que mi madre no viese aquello oscuro y raro que crecía en mis pesadillas.
Tercera pesadilla: consta de nueve poemas. Ahí, las metáforas surrealistas logran crear esa atmósfera verosímil que producen los sueños y las pesadillas:
Todas las noches sueña con el día en que emigraron los diamantes. Su destino se fue a galope con rumbo desconocido y su pensamiento se confunde con soledades de ballenas negras. Sobre su cuerpo amanecen máquinas grises y blancas, a su lado hay tubos de hilos rojos y amarillos, y más al fondo, las instrucciones para destruir los sueños y alimentar las pesadillas. En la costura básica de su cuerpo está el olvido. En su boca la esperanza ha sido destruida.
Finalmente, en Cuarto sueño, constituido por diez poemas, sucede algo similar en Tercera pesadilla, solo que aquí acudimos a verdades a través de imágenes mucho más fuertes y dolorosas:
Desembocando: es entrar como una corriente de aire en otra semejante. Salir de la rueda de madera y entrar en un relámpago del sueño. Todos tenemos un camino de emergencia. El error humano casi siempre desemboca en una tragedia.
No quisiera preguntarle a Citlalli cuáles son sus autores de cabecera, porque al leer este libro encontramos un sinfín de nombres, alusiones, deseos e intertextualidades que nos evocaran y darán cuenta del bagaje cultural que posee. Leer este libro no es sólo un repaso por la búsqueda de ese origen en que la poeta se adentra en su historia familiar es también un viaje por y desde la Historia universal, humana.
Quiero decir que este libro da cuenta de la realidad, de esta realidad fragmentada que como seres humanos a veces ni percibimos: somos un mosaico, un rompecabezas en donde tienen cabida todo lo que leemos, escuchamos, vemos y sabemos de la historia. Aquí se reúnen el pasado y se explora un futuro que es presente fragmentándose siempre. Sin que por ello deje de ser poético. “Escenas simultáneas”, le llama Citlali. Porque “todo es una mirada al azar”, “Dobleces sin explicación alguna”.
Citlali Guerrero explora la historia con una lupa de detective para crear esa historia paralela a su origen biológico junto a los hechos históricos más relevantes de la literatura universal y de historia familiar: Desambigua. Exacta como la pluralidad del tiempo en que no soy. Por eso me resultó importante también señalar el epígrafe que la poeta introduce en el inicio de su libro: Ya no somos nosotros mismos. Cada quien conocerá a los suyos. Hemos sido ayudados, absorbidos, multiplicados (G. Deleuze y F. Guattari). Sin embargo, como dirá la poeta en uno de los poemas: “Alguien sufre en otra hora la consecuencia de este acto”, porque “algunas cosas que se van vuelven para devorarnos vivos”.
En este libro de Citlalli ciertamente acudimos a un regreso, a una reflexión del origen ya no bíblico ni odiseístico, sino a un origen actual, presente y humano de la poeta. Después de leer este libro sabremos que: Nosotros, que huimos de donde volvemos, nunca fuimos parte de este sueño. ⚅
[Foto: Carlos Ortiz]
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