Hoy volvemos a protestar por los asesinatos de periodistas. Cinco en un mes. En lugar de una comprensión del problema y solidaridad, sin embargo, lo que vemos es nuestra causa convertida en munición política, un maltrato desde oposición y gobierno.
¡Qué insulto que, en medio de la balacera, se agrupen bajo el lema # TodosSomosLoret!
Denuncian amenazas contra la libertad de expresión pero dejan de lado la manera más brutal de cercenarla, matar a alguien. No les pasa por la cabeza reivindicar a nuestra compañera asesinada a tiros con un # TodosSomosLourdes. Ni a Héber, Margarito, Gamboa o Toledo.
Les preocupa Loret. Un hombre que tiene acusaciones muy graves de malas prácticas profesionales, que es una vergüenza para el periodismo.
Mi compañera Luisa Cantú señala con acierto que "muchas de las personas que sintieron como propia la afronta contra Loret pertenecen —o pertenecemos— también a una élite hasta ahora intocable".
Los asesinados eran periodistas de a pie. Es fácil arrojarlos al saco común de la violencia contra los pobres. Pero la exhibición del bolsillo millonario de Loret sí les pasó cerca.
Y también es descarado el oportunismo político: ¿cuántos y cuántas a quienes en sexenios pasados les dieron igual los ataques contra la libertad de expresión, ahora están angustiadísimos por ella?
Enemigos abiertos de la libertad de prensa y del derecho a la información, como Felipe Calderón y otros, ahora proclaman # TodosSomosLoret.
Están tratando de secuestrar la causa.
Y han tenido una resonancia importante porque, por el lado contrario, el presidente López Obrador cometió un abuso contra Loret.
Parece fácil dejarlo pasar porque es Loret, con su alarde de impunidad. Pero el presidente usó su cargo para cobrar una afrenta personal, exhibiendo datos privados desde una plataforma de alcance nacional pagada con nuestros impuestos. Se argumenta que en otros países se transparentan datos y contratos y tienen razón, eso debería ocurrir en México también. Pero ni es la manera de hacerlo, ni le toca al presidente ni es aceptable que se haga como parte de un problema entre ellos.
No es necesario tener millones ni ser un cínico como Loret para imaginar a cualquiera de nosotras y nosotros en una situación parecida.
Si AMLO lo hace, lo puede hacer cualquier presidente después de él. Un Peña Nieto del futuro puede atacar igual a quien le saque algo molesto. Y no hay que ir tan lejos. En Jalisco, Alfaro lo puede hacer contra quienes investigan sus malos manejos. En Guanajuato, el fiscal Zamarripa, que además espía a sus gobernados. O cualquier gobernador, presidente municipal, legislador, secretario, con acceso a información privada.
Dice López Obrador que la información le llegó por otro lado, que no está seguro de que sea correcta, que el INAI investigue "a ver si es cierto". ¿De veras? ¿En la conferencia diaria presidencial presenta datos inciertos, no verificados, a ver si son ciertos? El presidente dio un paso en falso que podría, cuando deje el gobierno, convertirse en un proceso judicial con el que se quieran vengar de él.
Además de una cantidad importante de cínicos y oportunistas, la indignación va mucho más allá, y como dice Luisa, es necesario diseccionarla porque hay personas y figuras genuinamente alarmadas por el abuso, gracias al cual le están dando trato de héroe a un Loret que, fortalecido por el error presidencial, ahora se puede dar el lujo de presentarse como campeón de la libertad de expresión, de la resistencia frente al poder y —para desgracia de la profesión— del periodismo.
La imagen y presencia pública de Loret han crecido enormemente y esto no hubiera ocurrido si AMLO no hablara casi diario de él.
El periodismo independiente no se está dejando engañar. No puede estar de acuerdo con el uso de la tribuna presidencial para denostar periodistas pero tampoco admite que traten de utilizarlo hipócritamente para atacar a López Obrador.
Por eso movilizamos, para volver a señalar que el derecho a ejercer el periodismo sin perder la vida no ha sido protegido eficazmente por ningún gobierno y también, que el actual, todavía está a tiempo de hacer algo.⚅
[Foto: Carlos Ortiz]
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