
La voz de Irma es noble porque habla de un yo a un tú. Frases breves, sinceras, directas. Frases que invitan a reflexionar la vida, versos que son instantáneas de juventud: “Que nos llegó la madurez —dice— sentados en el sofá”, que a través de sus poemas “conocerás el dolor de las palabras”, “porque sus ojos tienen la inquietud del agua” y en donde los amantes: “reinventan el amor en cualquier sitio”.
Irma se declara practicante de la trashumancia, dice ser “la hija de un ciclón que nunca se detiene”, y también “una vez fui mujer de casa”. En los poemas de Irma transita libremente el deseo, las imágenes del cuerpo, los colores y olores de la cocina, los cuidados del amor, al amante, a la casa misma.
Por su poesía me fue fácil descubrir los vínculos que las poetas contemporáneas están citando una y otra vez, como una especie de rezo: “y hoy te escribo como hace años lo hago | Tal vez un día alguien encuentre estas líneas | y se pregunte qué tendríamos en común tú y yo”. Lo que nos hace pensar en esas botellas echadas al mar, pero que se reconoce en la mayoría de la escritura de mujeres.
En Hablo de un corazón encontramos la forma más sincera sobre la escritura del amor: “Te amo, con todo el odio del siglo que me toca”, imágenes que evocan la furia, la fuerza, el arrebato, aunados a imágenes de nostalgia y de instantes, porque el amor ha demostrado por siglos que es eterno porque es efímero: “y de nuevo respondo | que así son estas cosas del amor | uno deja el corazón en el lugar equivocado”. Este trabajo de referencialidad en las mujeres escritoras, encontrarse ligadas a las mujeres de casa, los cuidados, lo doméstico, a todo lo que fuimos, que somos.
La lectura de estos poemas se siente como cantos de coplas, tal vez por la brevedad, por las imágenes tan unidas del amor, del mar, los versos de Irma son aromas de flores en el viento, son sabores de frutas y declaraciones de amor:
Perdone usted
Perdone usted los estragos de mi amor
Yo sólo quise venir a ofrecer
un silencio de alcatraces
regalarle un sombrero de ala ancha
tal vez recoger de sus labios tulipanes
Pero traje un corazón adolorido
con gajos de nostalgia y soledad
y pude apenas darle un mal informe
de la tristeza en alta mar
El agua de los poemas, el agua del mar en donde la poeta dice: “acudo voluntaria a mi naufragio”. Porque finalmente el amor es dar todo y arrastrarse hasta la deriva, es, como dice ella, “archipiélago de nostalgias | cataclismo sin fin”, porque el amor “prefiere la humedad de la muerte”, y sin eso no se podría hablar de un corazón.
La poesía de Irma Pineda nos recuerda la importancia del amor, de la sensualidad, el erotismo, la amistad; la poesía de Irma sirve “para recordarnos que somos como el viento”. ⚅
[Foto: Carlos Ortiz]
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