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David Espino

Las edades de Lulú, el lado maldito de Almuneda Grandes


De entre todas las menciones que se hicieron de la obra de Almuneda Grandes (Madrid, 1960) cuando murió en noviembre del año pasado, no recuerdo alguna sobre Las edades de Lulú. Quiero pensar por qué. La edades de Lulú es una obra transgresora y estaba destinada al malditismo. No en España, aunque tal vez, sino sobre todo en nuestra persignada Latinoamérica.

Es una novela escrita hacia finales de los 80 sobre la relación de una secundariana con un hombre que roza los 30. Un tema que, ahora, con sólo mencionarlo puede llevar a cualquiera a la cárcel. Luego de su fallecimiento a los 61 años el periódico español El País inició la nota que le dedicó hablando de algunas de sus novelas. Dice, por ejemplo, que cuando escribió El corazón helado “la carrera de Grandes encontró un sentido que transcendía lo literario”. Y menciona también Los aires difíciles o Atlas de la geografía humana. Hasta el final hace referencia de Las edades de Lulú como la primera novela que escribió.

Quiero pensar por qué, también, a Almuneda no se le recriminó haber escrito una novela como esta, cuando a Vladimir Nabokov no se le ha perdonado del todo haber escrito Lolita. Las edades de Lulú es una novela explícita sobre la relación de una menor de edad con un hombre maduro. Incluso hay un episodio que relata cuando a Lulú la sodomisa el novio mientras su hermano la penetra por la vulva, en un acto descrito más como una violación que como un arrebato conscupiscente. O el episodio en el que, igual con el novio, recogen a un travesti en la calle porque a ella se le antojó que los viera cogiendo. Almudena explora en esta novela la sexualidad de un país que salía de la dictadura del católico Francisco Franco.

Humbert, el personaje de Nabokov, es un hombre al que le gustan las menores. Se casa con una mujer viuda por su hija de 12 años, Dolores. La madre muere y Humbert inicia una relación con su hijastra que dura dos años hasta que ella huye. Más o menos de eso va la historia. Nabokov no ha sido perdonado. Una suerte igual corrieron dos obras de Gabriel García Márquez: Del amor y otros demonios y Memoria de mis putas tristes. (Sé que la novela Llámame por tu nombre del escritor estadunidense André Aciman, sobre la relación homosexual de un chico de 17 años con un hombre de 25 tuvo buena acogida en la comunidad LGTB, pero no más. Ha sido una suerte de obra de esas, destinada a un “nicho” de lectores y la crítica ahí la ha dejado).

Las dos obras de García Márquez tratan de relaciones de menores de edad con hombres adultos. La primera, una marquesa con un monje; la segunda de un anciano que gusta de dormir con adolescentes. Dormir. Solo eso. Del amor y otros demonios fue llevada al cine pero prohibida en muchos países. En México recuerdo haberla visto en una de esas páginas web donde se hallan rarezas. Una película por lo demás muy Serie A, que se queda en un romance y punto. Y supe que si no se filmó Memoria de mis putas tristes fue porque encontró muchas resistencias debido al sensible tema.

No así Lolita. Lolita fue polémica hasta en el cine. Las escenas donde la muchachita de 12 años se muestra sugerente ante su padrastro no fueron de Serie A, aunque tampoco hay nada explícito. Nada. En cambio Las edades de Lulú desde que inicia hasta que termina fue una película muy C. Esa clase de cine español que no deja nada a la imaginación. Que se plantea ser transgresora. Golpear al espectador de buenas costumbres e impecable moral. (Llámame por tu nombre también se adaptó al cine y fue más atrevida. El hombre adulto se ve mucho mayor que en la novela y el muchacho tiene pintas de apenas un púber. Sin mucho más que un romance y acercamientos. Pero sólo fue exhibida en Netflix).

Tal vez el castigo a Almunedas por atreverse a escribir una novela así fue no mencionar mucho más esta obra el día en que murió. No al menos en México. En cambio, El País escribió que en España muchos obituarios hablaron de la escritora como la autora de Las edades de Lulú. Allá se le conoció y se le reconoció por ella. En Latinoamérica no se le perdonó. Almodovar dice que cuando conoció a Chavela Vargas y esta le contó que por ser lesbiana en México sólo se presentaba en cantinas se escandalizó. Una cantante como Chavela marginada por su preferencia sexual. (Luego de estar en el Olimpia de París le abrieron el Auditorio Nacional)

Almuneda Grandes murió en medio de la ola me too. Quiero pensar que por eso no se mencionó Las edades de Lulú en México. Aunque eso debería llevarnos a otra discusión. ¿Hasta dónde el arte debe ser censurado en nombre de la moral y las buenas costumbres? Y me pregunto si Almuneda hubiera escrito esa novela en medio de esta época castrante y purista (parece que más que en los 80), y si Nobokov y García Márquez hubieran dejado de escribir para no escandalizar a las buenas conciencias.⚅

[Foto: Carlos Ortiz]

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