Vivimos en una sociedad en la que el tiempo se mide en función del dinero. Se considera inútil todo aquello que no genera una ganancia. Eso nos obliga a ir más aprisa. Ganamos dinero sí, pero a qué costo: olvidarnos de vivir. El arte es una de los pocas creaciones humanas capaces de revertir esta tendencia de vivir más rápido.
Guerrero, como ya sabemos, padece una insolvencia económica ancestral, lo cual ha devenido en que los espacios artísticos, además de escasos, difícilmente sobrevivan sin ayuda oficial. En 20 años, he visto abrir y cerrar a muchos sitios a lo largo y ancho del estado.
Por eso me sumé a la celebración por los 18 años de Arte Nativo en Zihuatanejo. Lo hice porque sé que este tipo de lugares son vitales en cualquier sociedad. Son necesarios si aspiramos a otro tipo de comunidad, libre de violencia, de racismo, de misoginia y otros tantos lastres. Porque sólo en sitios como este, artistas y público se pueden reunir en torno de cosas que parecen “inútiles”, pero que en realidad nos permiten soñar, reír, imaginar, recordar; en otras palabras: vivir.
Con más de 30 años de trayectoria artística, Alfredo Tapia es uno de los pintores más representativos de Zihuatanejo. A la par de una extensa obra pictórica, también es pionero de la autosuficiencia plástica en la región (Siguiendo sus pasos, cada vez son más los jóvenes que viven de la pintura de manera independiente). Su estilo podría definirse como costumbrismo hiperrealista, con marcados idilios de corte onírico y surrealista. Ha participado en algunas muestras colectivas tanto en México, como Estados Unidos y Canadá.
Junto con Guadalupe Gaytán crearon el taller Arte Nativo. Se trata de una estructura cultural independiente donde se imparten clases de pintura en varios niveles: infantil, juvenil y avanzado. De manera reciente, también se ofrecen talleres de iniciación musical para niños y jóvenes en guitarra y batería.
Durante el confinamiento tuvo que cerrar la antigua sede que ocuparon durante muchos años. Algunos pensaron que sería el fin, pero no. Arte Nativo renació.
Al día de hoy, Arte Nativo se ubica en la entrada de la populosa colonia Vicente Guerrero, en Zihuatanejo. Rebosa dinamismo: ofrece clases varios días por semana en instalaciones totalmente nuevas. Niños y adultos entran y salen de manera frecuente. Es autosuficiente, pero lo mejor es que se ha convertido en un espacio vivo desde donde se propone, se crea y se comparte.
Es un oasis entre todo este desierto cultural que se observa en Guerrero. Un oasis del que podrían aprender varios funcionarios estatales y municipales. Un oasis forjado a punta de sudor y manchas de pintura.
Arte Nativo es sinónimo de constancia, de creatividad, pero sobre todo, es un arquetipo de la identidad costeña. Esa que se obstina, se compromete y se fragua en las adversidades.⚅
[Foto: Gonzalo Pérez]
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