Uno
Nosotros le llamamos caciques. Los oligarcas, aquellas familias privilegiadas que mantienen el poder para sí, nunca se han ido de Guerrero. Sólo se renuevan. Primero fueron los Figueroa. Desde el tío abuelo —Francisco Figueroa Mata, gobernador de Guerrero en dos ocasiones—, hasta el padre: Rubén Figueroa Figueroa, gobernador entre 1975 y 1981; y el hijo: Rubén Figueroa Alcocer. Y si ya no pudo el nieto, Rubén Figueroa Smutny, fue porque salió bastante malo para la política.
Hay un politólogo italiano que se ocupó alguna vez del tema: Gaetano Mosca. A esta oligarquía Mosca le llamó: “castas hereditarias: la clase gobernante restringida a un cierto número de familias donde el nacimiento es el único criterio que determina la entrada a la clase (política) o la exclusión de la misma”. Nosotros le llamamos cacicazgos. Los Figueroa. Pero antes, mucho antes los Bravo y después los Gómez-Maganda.
Gracias al padre, Alejandro Gómez Maganda, que fue gobernador de Guerrero de 1951 a 1954, a su hija, Guadalupe Gómez-Maganda Bermeo, le alcanzó el apellido para ser secretaria de Gobierno en el primer año de Figueroa Figueroa en 1975; dos veces senadora, dos veces diputada federal y local; presidenta del Tribunal Superior de Justicia, presidenta del CDE del PRI de 1992 a 1995, secretaria de Turismo y eterna aspirante a la gubernatura del Guerrero. Sólo que eso fue hace mucho. Hoy doña Lupe vive su mansa ancianidad retirada de la política.
Y Rubén Figueroa Alcocer no perdió influencia en los estamentos de poder después de que salió de la gubernatura (1993-1996) por la matanza de Aguas Blancas y quiso lo mismo para su hijo Rubén Figueroa Smutny. Lo hizo dos veces diputado local y una vez senador suplente. No más. El nieto de Rubén Figueroa Figueroa mostró que la política no era suyo cuando se peleó con todos en el PRI, incluyendo el exgobernador Astudillo cuando ambos fueron diputados en la misma legislatura, y con el senador Manuel Añorve cuando fue alcalde de Acapulco, al que llegó a llamar “narcoalcalde”. Figueroa Smutny al final renunció al PRI sin que su padre pudiera hacer más y con él quedó cerrada la casta de los Figueroa en Guerrero.
También lo dijo Mosca: “los hijos de hombres con gran inteligencia (o habilidad) a menudo tienen mediocres talentos y esa es la razón por la cual las aristocracias hereditarias nunca han defendido su gobierno solamente sobre la base de una superioridad intelectual, sino más bien cimentadas en las superioridades de carácter y riqueza”.
Los otros fueron los Aguirre, pero el infortunio llamó demasiado pronto a la puerta del padre, Ángel Aguirre Rivero —dos veces gobernador (1996-1999 y 2011-2014)—, y truncó la carrera meteórica de su hijo en la política del estado, el fallecido Ángel Aguirre Herrera (1984-2017). De cualquier forma logró impulsarlo en el PRI, primero, donde lo hizo diputado federal, y luego en el PRD donde fue diputado local. Y de no haber sido por su malogrado gobierno luego de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en septiembre 2014, Ángel Aguirre Herrera hubiera sido candidato a alcalde de Acapulco en 2015, donde ya le estaban allanado el camino.
“Castas hereditarias”, les llamó Mosca, ya dije. En Guerrero esta clase política, conformada por los Figueroa, los Aguirre, los Astudillo, los Añorve, los Juárez y con estrella ascendente los Salgado, devino en un estilo caciquil de hacer gobierno cuya idiosincrasia es la de perpetuarse en el poder; no de forma unipersonal sino mediante sus hijos y los hijos de sus hijos.
Dos
En las administraciones públicas que recién inician en Guerrero —el 1 de septiembre entró la nueva legislatura, el 30 entraron los nuevos ayuntamientos y el 15 de octubre se renovó el Ejecutivo del estado— cinco hijos de políticos encumbrados de los principales partidos políticos estarán en diferente puestos gracias sobre todo a una cosa: que sus padres supieron imponerlos como candidatos en sus diferentes partidos.
Evelyn Salgado Pineda, hija del senador Félix Salgado Mecedonio; Ricardo Astudillo Calvo, hijo del saliente gobernador Héctor Astudillo Flores; Manuel Añorve Aguayo, hijo del exalcalde de Acapulco y senador Manuel Añorve Baños; René Juárez Albarrán, hijo del exgobernador y exsenador fallecido en meses recientes René Juárez Cisneros, y Jorge Iván Ortega, hijo del cuatro veces diputado local Bernardo Ortega Jiménez.
Todos ocuparán puestos desde regidores de Acapulco —los mejores pagados de los 81 municipios del estado—, pasando por diputados locales y la gubernatura de Guerrero.
Tres
En la pasada elección del 1 de julio Ricardo Astudillo Calvo, hijo del saliente gobernador Héctor Astudillo Flores fue candidato a diputado local por el distrito 7 de Acapulco, dividido a su vez en el mismo número de distritos. En todos ganó Morena, menos en el que fue candidato el hijo del exgobernador. Ricardo es diputado local por el PRI-PRD desde el 1 de septiembre. (El otro que llegará a Congreso es Jorge Iván Ortega, suplente de su padre, el perredista Bernardo Ortega Jiménez, cuando este deje la diputación y se la entregue a su hijo ya encarrerada la legislatura).
Manuel Añorve Aguayo, hijo del senador del PRI y exalcalde de Acapulco, Manuel Añorve Baños, será regidor de Acapulco y entró en en la posición número uno de la fórmula a la que fue en coalición junto con el PRD por la alcaldía acapulqueña que perdieron ante la morenista Avelina López Rodríguez. Ya antes, Añorve había colocado a su hijo en la administración del gobernador Astudillo, donde fue hasta antes de la elección subsecretario de Desarrollo Social.
El hijo del fallecido exgobernador de Guerrero René Juárez Cisneros, René Juárez Albarrán, es otro. Igual que el hijo de Añorve, René Juárez Albarrán será regidor de Acapulco a partir del 30 de septiembre. Pero antes de estar en lugar número tres de la lista de regidores por el PRI-PRD, no estaba desempleado: su padre lo hizo representante del gobierno de Guerrero en la Ciudad de México.
Acapulco es la primera economía de Guerrero y es el municipio donde los regidores tienen percepciones de arriba de los 120 mil pesos mensuales, las más altas de todos los 81 municipios. 54 mil pesos mensuales, más 70 mil que recibe como gastos de gestoría. 124 mil pesos al mes en un municipio con los mayores índices de pobreza urbana en el país, según el Coneval.
Antes de ser la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado Pineda (Iguala-1982, 39 años) era delegada de la Secretaría de la Mujer en Acapulco, un cargo que ocupó desde 2012 con Ángel Aguirre Rivero como gobernador, hasta finales del año pasado con Héctor Astudillo Flores. Antes, en el gobierno municipal de su padre en Acapulco, el senador Félix Salgado Macedonio (2005-2008) Evelyn fue presidenta del DIF. Tenía apenas 22 años.
Nunca como en este caso el sustantivo cachorro había cobrado tanto sentido político. El de Evelyn, como ninguno de los cuatro hijos de políticos que estarán los próximos años en el poder en Guerrero, es el más emblemático por meteórico, por inesperado y porque el sueño de todo político de encumbrar a sus hijos en los más altos estamentos de poder se cumplió a cabalidad, acaso sin proponérselo como meta sino que se dio gracias a que el INE le quitó la candidatura a su padre y este se la entregó sin apenas ningún trámite.⚅
[Foto: Carlos Ortiz]
Comments