Leer y punto
- Rosely E. Quijano León
- 28 abr
- 2 Min. de lectura

Cada vez que se acerca el Día del Libro —nacional o mundial— se repiten las mismas frases trilladas que ya debemos superar sobre la importancia de la lectura y los libros. No obstante, aunque tenemos una Ley de Fomento para la Lectura y el Libro desde 2008, nada se ejecuta ni se lleva a la práctica. Es letra muerta. Como también lo son las leyes, decretos, iniciativas o programas estatales que desaparecen cada sexenio.
Parece inaudito, pero “los que llegan” de un color distinto al que estuvo antes prefieren dejar en las bodegas las publicaciones que se hicieron en la administración anterior, solo por la soberbia o ignorancia con la que llegan. Cancelan presentaciones de esos libros, cancelan a sus autores, cancelan la difusión de esas obras pensando que los libros o los escritores que tuvieron la fortuna de ser publicados son de un X o Y partido.
Tras los discursos, ruedas de prensa y programas inflados con actividades que a veces poco tienen que ver con los libros y con fomentar la lectura —en su sentido estricto—, la realidad es que poco importa la lectura y el apoyo a las y los escritores, salvo este día, claro, en que hay que aparentar que sí les importa. El resto del año se siguen cerrando bibliotecas públicas, se sigue careciendo de bibliotecas virtuales efectivas con acceso gratuito para los usuarios —modernizando así el fin último de las bibliotecas—, y continúa el nulo apoyo para publicar, distribuir y respaldar a los creadores literarios.
Lejos de seguir propagando falacias y mitos sobre la lectura en estas fechas en que al menos se pone el foco en los libros, mejor lean, compartan esos libros que les movieron algo, que los dejaron pensando, esas historias que les hicieron llorar o reír un buen rato. Esos libros que alguien más debería leer para conmoverse, para sacudirse las ideas, para al menos trasladarse a otros mundos posibles y sentir algo más de lo que sentimos cotidianamente.
No se necesitan discursos, ni elogios, ni simular que se es un gran lector cuando a leguas se ve que no es así, y ¿a quién le importa? No todos tienen que leer cien libros, no todos tienen que leer todo el tiempo, no es un maratón en el que gana el que lee más o lo simula. Leer por el simple gusto de hacerlo, porque te da la gana o no, y punto. ⚅
[Foto: Carlos Ortiz]







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