Somos los mismos
- Rolando Moreno García
- 14 abr
- 2 Min. de lectura

El asesino está asesinando en este momento. Va y viene, pero cuando viene, aprovecha para asesinar. No será una coincidencia si un día te lo topas, aunque rezo para que no suceda.
¡Extra, extra, extra, muere una maestra! ¡Extra, extra, extra, mataron a la maestra!
Decían los anuncios de la nota roja reproducidos a través del perifoneo, de las bocinas humanas, de los periódicos locales, del Facebook y los grupos de WhatsApp.
Todos compartimos la información, todos la reenviábamos sin digerirla. Algunos se escudaron en la negrura superficie del humor negro.
No vi a nadie llorar, enojarse, entristecerse, emputarse. Solo su madre rogó que despertara, pero su hija no despertó. —¡Despierta, despiértate! —rogó. Ella, la muerta, estaba tapadita, como durmiendo.
Era una algarabía, un festín. Había banda de viento, y para demostrar el gusto o el dolor o el compromiso, hasta se contrató mariachi.
Escuchamos discursos de políticos y de borrachos. Luego llegaron los pésames y luego nos embriagamos en honor a ella y a todas las muertas de la región. Más tarde, alguien orinó su tumba.
Las bocinas humanas vociferaban, de boca en boca, de oreja en oreja, su peritaje: ¡La mataron por puta! ¡La mataron por loca! Éramos todos, repitiendo estas palabras: médicos, sacerdotes, enfermeras, albañiles, amas de casa, estudiantes y profesores: ¡La mataron por puta! ¡La mataron por loca!
Ellos la mataron y nosotros le quitamos su nombre, su título, sus años de docencia. Dejamos a sus hijos sin madre, a su madre sin hija, y a sus alumnos les regalamos la ausencia de una asesinada.
Luego la enterramos a tres metros bajo tierra, sin caja y boca abajo, por si intenta salir se vaya más hondo. En la Fiscalía General de Guerrero hay infinidad de casos. Están ahí, junto al archivo de la maestra Mari Campos: es parte de un montón, borroso, casi olvidado.
Y el asesino está asesinando. Va y viene, pero cuando viene, aprovecha para asesinar. ⚅
[Foto: Gonzalo Pérez]
Lamentablemente realidad, en una época carente de valores.
Exelente.
Buen texto, plasma una triste realidad de nuestro país.
Excelente lectura para Reflexionar