Canciones mediocres

Lo que crees saber es exactamente proporcional al tamaño de tu ignorancia. Las personas parlotean día y noche sobre los mismos estúpidos temas y argumentos que la realidad inmediata les impone año tras año. Sus opiniones sobre lo que llaman “actualidad” son un potaje de estupidez, un esquema podrido, inane. Los ratones giran y giran sin jamás cerrar sus putas bocas.

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Ciro y yo fundamos Fracaso Ltda. Producciones un día lluvioso de 1992 y, luego, ese mismo día, 7 Torpes Band. No teníamos dinero ni instrumento alguno, solo el poder infinito de nuestra fantasía y nuestra amistad de acero inoxidable. Así que, mientras bebíamos Ron Medellín Añejo en la Plaza de San Diego, me puse a escribir las canciones del primer álbum que queríamos grabar y que ya habíamos titulado Canciones mediocres. Al terminar los textos, me senté al lado de Carlos Jacquin y su inseparable guitarra, y le fui tarareando las melodías. Charlieman llegó más tarde, y aunque no sabía tocar una mierda, lo nombramos baterista; al fin y al cabo, nosotros tampoco sabíamos tocar. Carlos Jacquin y Gustavo Taylor eran los únicos verdaderos músicos de nuestro clan, pero a ninguno de los dos les interesaba el rock.

El caso es que logramos grabar ese álbum y lo reproducimos en cassettes. Nueve copias, para ser exactos. Vendimos toda la producción y seguimos bebiendo. Después de eso grabamos un segundo álbum titulado Canciones aún más mediocres y lo reproducimos en otros nueve cassettes, pero esta vez solo logramos vender siete, y decidimos retirarnos por un tiempo de la música para dedicarnos al cine.

En 1996, un auto fantasma embistió mortalmente a Ciro. Tenía 27 años, y su sueño recurrente había sido irse de este puerco mundo a esa edad. Mil años después, estoy por lanzar La forma del vacío (Greatest flops), una compilación de nuestros más grandes fracasos. Es, más que nada, un tributo a Ciro y los entrañables amigos con quienes compartimos tanto. 7 Torpes Band empezó como una fantasía y se convirtió en una leyenda que, en pocos días, irrumpirá en esta realidad misteriosa, podrida y estúpida que hoy impera. Pero mi alma sigue siendo aquella que, empapada de Ron Medellín Añejo, desafiaba la precariedad junto a Ciro y todos los que han sido, son y serán siempre los amados amigos y amigas de mi indómito corazón. ⚅

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[Foto: Carlos Ortiz]