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María Solís Sánchez

El antimanifiesto del día de la madre

Actualizado: 3 may

Ahora, pues, me convenzo de que soy perverso…

Déjame habitar en los montes...

para que muera según la determinación

de aquellos que querían que se me matara.

EDIPO REY (SÓFOCLES)


 

 ANTECEDENTES: Edipo recién nacido, fue enviado a la muerte por su padre, con la venia de su madre, para evitar que cometiera parricidio y consumara el incesto con su madre, según había presagiado el oráculo.

 

LA GRAN MENTIRA: En la carrera de actuación nos hicieron leer más de tres veces la tragedia Edipo Rey y, de los varios análisis en clase, se nos dijo que Edipo, al querer huir de su destino, se dirigió inexorablemente hacia el cumplimiento de la profecía del oráculo. De nada sirvió que algunos estudiantes objetáramos que Edipo abandona a quienes él creía eran su madre y su padre y renuncia a su condición de hijo, ciudadano y príncipe, viviendo así su primer auto destierro. No, se nos dijo. Edipo fue el responsable de su tragedia, el Sherlock Holmes que descubre al final de su indagatoria que él es el criminal que anda buscando.

Para comprender la tragedia de Edipo se omite la reflexión, ya no ética, sino dramática, de un destino que pareciera incuestionable dado el error de su padre, Layo, al violar al hijo del hombre que le había dado asilo. La maldición que recibe Layo es la perfecta coartada para marcar el destino de un recién nacido; Edipo debe pagar la culpa de su padre, porque alguien debe pagar. ¿No es así? Es él quién recibe la maldición, él es el chivo expiatorio.

En una obra dramática subyace un orden, un universo de causalidades, dogmas, relaciones; en última instancia, subyacen una cultura y una ideología. Una lectura más profunda de Edipo, no pasará por alto —no obviará—, que Layo, además de ser padre, es rey, cargo que ostenta el poder. En esta tragedia todo está tan bien armado que no se cuestiona el crimen infanticida del poder, al mandar asesinar a un recién nacido, convirtiéndose así en un mito fundacional del sistema genocida que hoy vivimos y que, según datos, tiene aproximadamente 5000 años de existencia. No hay una voz, un cuerpo de mujer que defienda al hijo, la madre es una impostora, un objeto en función y a favor del poder. El mito de Edipo no tiene madre, literalmente, porque ya la habían matado.

Casilda Rodrigañez en El asalto al Hades, cita a Victoria Sau: el patriarcado es el vacío de la maternidad, la madre que en primera instancia fue violentada y sometida, para luego ella, someter y violentar a su descendencia a los designios de un poder que no respeta a la vida, sino que vive a costa de ella. Es fundamental desentrañar esta tragedia que, a manera de enigma lanzado por la Esfinge, se plantea a los estudiantes de teatro desde hace muchos años: ¿cuál es el error trágico de Edipo? Se nos habla de la ceguera de Edipo al intentar librar su destino, cuando somos la sociedad quienes hemos perdido la capacidad de ver el crimen contra él.

 

EDIPO Y LAYO REENCARNADOS. Mucho se ha abonado, desde hace milenios, a violentar la simbiosis entre madre-hijo, incluyendo teorías pedagógicas como la del médico y pedagogo alemán Daniel Gottlieb Moritz, quien decía, Hay que dominar al niño para salvarlo; aunque, dicho sea de paso, sus prácticas hayan llevado a su hijo a la psicosis y la esquizofrenia, según El asesinato del alma de Morton Schatzman. Ecos de estas tendencias educativas aterrizan en consejos bienintencionados como déjalo que llore, si te pide brazos y se los das, luego no te va a dejar, y otras por el estilo. No menos importante es la aportación que hace Freud al mito, hablando de complejo edípico, léase, del deseo sexual que tienen los niños hacia su madre, pervirtiendo con este planteamiento, la necesidad vital del niño de ser alimentado, cuidado, mimado y protegido por su madre, es decir, ser aceptado y amado incondicionalmente.

 

DESCOLONICÉMONOS. La ruptura simbiosis madre-hijo ha sido una guerra contra la mujer, contra su descendencia y contra pueblos enteros, imponiéndole ser o no ser madre según las necesidades del poder (producción y guerra), sustrayéndole a sus hijos apenas nacidos, y toda una lista de crímenes y agravios, incluyendo los actuales protocolos obstétricos que violan el primer acto y más importante de un ser humano, nacer. Las consecuencias de dicha ruptura es otra lista interminable de males individuales y sociales, como la depresión posparto, rechazo a la cría, muerte de cuna y un largo etcétera; Casilda, en La represión del deseo materno, menciona que muchos diagnósticos de llamadas enfermedades mentales (esquizofrenia, bipolares, autismos, etcétera) así como el origen de la conducta violenta han quedado ya relacionado con el estado persistente de stress (al que se somete) a la criatura humana, es decir, separado de la madre. Las consecuencias político-sociales se pueden condensar en una frase de Michel Odent, Cuando un recién nacido aprende en un cunero que es inútil llorar, está sufriendo su primera experiencia de sumisión. Experimentos como el de Federico II de Hohenstaufen, emperador del imperio romano, donde 30 huérfanos recién nacidos sufrieron la falta de afecto por parte de sus cuidadoras —carencia que los llevaría a la muerte—, dejan ver los horrores de esta guerra invisibilizada.

Muy propicio es difundir los estudios del médico Nils Bergman que plantea recuperar el Paradigma Original de millones de años que nos ha permitido llegar hasta ahora como especie mamífera, donde el recién nacido no es separado de su madre, sino que permanece en el cuerpo de ella, piel con piel, activando así el delicado y complejo programa biológicode simbiosis entre madre e hijo, haciendo posible lo que hoy se considera una quimera: elvínculo gozoso entre madre e hijo, el bienestar placentero de la díada madre-criatura.También sería útil conocer y coordinar esfuerzos con movimientos de parteras, parteras tradicionales y mujeres, en varios países de América, por un nacimiento elegido, respetado,digno y humanizado; pues el nacimiento no le pertenece al sistema sanitario ni al Estado, sino a quienes lo llevan a cabo: el bebé y su madre. Y, es fundamental conocer el Parto Fisiológico que promueve la mínima intervención externa. Dice Michel Odent, Para cambiar el mundo es necesario cambiar la forma de nacer. Y esta revolución en ciernesvendrá como un temblor de la tierra, desde abajo, de boca en boca, de vientre en vientre, enmanantiales de cauda vigorosa y audaz.

[Foto: Carlos Ortiz]

 

___________________

La primera parte de este escrito está basado en El asalto al Hades de Casilda Rodrigañez.  Todos sus libros  https://sites.google.com/site/casildarodriganez/  

Restaurando el Paradigma Original, Cuidados Madre Canguro, del médico Nils Bergman https://youtu.be/Kb_4DSrmdZQ?si=-75yjNNF74Fy7JTI

Nacimiento Sin Violencia del obstetra Frédérick Leboyer https://youtu.be/x3UqFmPO3lo?si=0A4enLLeCywNzUN_

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