La paternidad es…
- Pepe Rojo
- 25 mar 2024
- 4 Min. de lectura
(propuesta abierta para cartel del metro días antes de que mi pareja tenga un bebé que asegura es mío)

…la paternidad es un acto de fe: crees o no crees. a la hora de la hora, al ser avisado, no hay manera en que un hombre común y corriente sepa con certeza el proceder genético de lo que se está cocinando en el vientre de la avisadora, y por las mismas razones la paternidad es una decisión que uno va tomando de momento a momento, con cautela y un sinfín de intensidades... “la paternidad es el opio de las masas” dice Palahniuk, y cómo no va a serlo, si la paternidad es una sonrisa estúpida y deliciosa que descubres en tu rostro, pues se planta ahí sin que tú lo sepas. es una impotencia ante lo cursi, un pasaporte para el mal gusto, una oleada de tonta ternura y bienestar inexplicable que te droga hasta desvanecer el límite de lo aceptable... la paternidad es una total sensación de potencia, unas ganas de salir a la calle gritando ¡todo por el poder de mi esperma! (y después llegas agotado a tu casa y entras al baño y —no se lo digan a nadie— no puedes encontrar tu pito por más que busques y busques y busques)... la paternidad es una relación con los pies. desde que lo supe, quiero andar descalzo... la paternidad es diferente a la maternidad, pues ésta última es una de las experiencias más reales que pueda tener una mujer, mientras que la paternidad es simbólica y particularmente abstracta, pues requiere de un nombre y una actitud, a diferencia de la “sucesión vaginal” femenina, donde una mujer da a luz a otra y a otra y a otra... la paternidad es la envidia del útero, venganza burlona de la envidia de pene... la paternidad es, durante el embarazo y según los manuales y libros para los padres, un constante darle el avión a la embarazada, varios “sí, mi vida”, “en qué te ayudo”, “si quieres lo hago yo" y “qué guapa estás” mientras pasa la tormenta hormonal... la paternidad es, durante el embarazo, el miedo incontenible a que la tormenta hormonal no acabe nunca... la paternidad es, como dice Tamayo, algo que empieza cuando puedes cargar a tu hijo, así que cualquier cosa que se pueda decir antes ese momento es sólo bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla... la paternidad es una complicidad única con la futura madre, una intimidad compuesta de guiños y caricias, de amores y odios, completamente diferente a cualquier experiencia anterior... la paternidad es individual y sólo se comparte en sus extremos más groseros... la paternidad es imbricarse y marcar una relación en sangre, sudor y lágrimas con la que carga tu hijo en su vientre... la paternidad es un invento del oficio más antiguo del mundo, la mercadotecnia… la paternidad es un castigo para los educados de mi generación, que no les gusta mucho eso de tener hijos porque desde la adolescencia nos dijeron que se usaba condón para prevenir embarazos e infecciones venéras de tal manera que el único referente para comparar el embarazo es que te salgan ronchas y ampollas en el pito... la paternidad es un duelo de la imagen de la juventud con la que somos bombardeados a diario y a la que nos aferramos con tanta pasión... la paternidad es un diferente nivel de intensidades... la paternidad es una relación con el tiempo, que se abre y ruptura de manera y en volúmenes extraños, ves hacia adelante y hacia atrás con ojos extraños, casi de otro. recuerdas y rascas y sueñas y hieres y vives y piensas con diferentes coordenadas. algo se modifica y tú no sabes dónde quedas con el movimiento. tu lugar cambia. algo se mueve cuando una mujer te dice que lleva en su panza algo tuyo cuyo futuro es no solamente difícil de ignorar, sino responsabilidad tuya... la paternidad es una apuesta por el futuro. la tomas o no la tomas. decides si este pinche mundo y esta puta vida valen la pena lo suficiente como para traer a otra persona al triste desmadre que nos rodea y nos devora y a tu vida como un proceso en el cual vale la pena participar... la paternidad es una acto de inconsciencia absurdo y caprichoso, para el cual nadie, nunca, está listo... la paternidad es un reacomodo abrupto de las palabras y las personas que te rodean de manera más íntima, con los que más te confundes, y palabras y personas como “padre”, “madre” y “hijo” y “hermano” corren hacia ti configurados de otra manera... la paternidad es una envidia encabronada que te pesa en el estómago por que a veces sales de un cuarto y estás furioso y te das cuenta que lo único que tu cabeza puede decir es ¡el niño soy yo! ¡el niño soy yo! una y otra y otra vez, en un intento por callar una voz gimoteante y miedosa que asegura que si apenas eres responsable de ti mismo ¿cómo vas a serlo de otro?... la paternidad es el acto más arbitrario que se puede cometer, es obligar a una persona a tener una vida independiente, cuando ni siquiera tienen una voz como para haberlo pedido, una mala broma que se le juega a alguien muy cercano y se necesita de un peculiar sentido del humor tanto de parte del bromista como del bromeado... la paternidad es es una de las formas más delicadas del humor negro... la paternidad es un reacomodo del débil balance entre tu cuerpo, tu nombre y tu palabra... la paternidad es gritos y risas y llanto y odios y felicidad e impulsos indescriptibles que salen de todos tus poros y tatúan todo tu cuerpo... la paternidad es la pinche y persistente pregunta de ¿y por qué no? ¿y por qué no? ¿y por qué no? ¿y por qué no? ¿y por qué no? ¿y por qué no? ¿y por qué no? ¿y por qué no? ¿y por qué no? ⚅
[Foto: David Espino]
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